
Desde Linux Mint lo sabían y por ello se dedicaron a convertir Gnome 3, a través de una serie de parches en algo más parecido a Gnome 2, para que no nos perdiéramos tanto. El resultado: una chapuza que no es propia de una gran distribución.
Ellos se han dado cuenta y se han puesto a desarrollar su propio shell: Cinnamon, un shell ligero, pero con una estética muy cuidada.